Pampliega

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Pampliega
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Municipio: Pampliega
Junta administrativa: Pampliega
Juntas administrativas dependientes: Santiuste, Torrepadierne
Sitio Web: http://www.pampliega.es/
Distancia a Burgos: 32.00 Km
CP: 09220
Coordenadas GPS: 42º12′21″N,3º59′15″W [Maps]
Superficie: 24.00 Km²
Población (2009): 390 hab
Gentilicio: Pampliegueños
Patrón: San Pedro Cátedra
Partido judicial: Burgos
Zona turística: Odra-Pisuerga

Situada a 34 kms de Burgos, capital. Se llega a ella a través de la autovía Castilla-León. Recorridos 2km desde la salida de la autovía y cruzando el río Arlanzón entramos en Pampliega.

Otra vía de acceso es desde Lerma. A 30 km nos encontramos con Pampliega, después de pasar por Tordómar, Villahoz, Mahamud y Santa María del Campo, villas todas de reconocido interés histórico-artístico.

La altitud sobre el nivel del mar es de 817 metros. Protegida por el cerro de la Mota, su casas se extienden a través de la ladera sur hasta alcanzar en el llano la orilla de Arlanzón.

Sus calles y restos de muralle ofrecen al visitante un entorno cuajado de historia. En el centro del pueblo se levanta su bella Iglesia Parroquial, cuya torre saluda al visitante, ya desde lejos, con el esbelto calado de sus arcos y ojos.

Contemplar la vega del bajo Arlanzón desde la explanada del atrio de la Iglesia será, para el visitante, uno de los mejores recuerdos de su paso por Pampliega.

Por su territorio pasa la carretera local BU-101 que proviene de Villahoz y mediante la anterior comunica con la ya cercana autovía A-62 (carretera de Valladolid). Además a Pampliega llegan otras carreteras locales, desde Presencio, por el este y desde Villaverde Mogina por el oeste.

Contenido

Festividades y Eventos

Gastronomía

La gastronomía típica de Pampliega incluye:

Edificios Civiles

Edificios Religiosos

Iglesia de San Pedro Cátedra

Es sin duda, el monumento más significativo de Pampliega.

Se alza como una atalaya en medio del pueblo. La actual construcción, es el resultado de la suma de tres periodos de construcción, la primera data de finales del siglo XIII de la que se conservan dos capillas laterales. En el Siglo XVI, comenzó la ampliación de la primitiva iglesia en forma de cruz latina. Es obra del arquitecto Juan de Vallejo, constuida en piedra de sillería y en estilo gótico isabelino.

La fase anterior se completa con la construción de la actual torre, semejante a la del hospital del Rey en Burgos, (donde se ubica la Facultad de Derecho), y con el traslado en el año 1774 de la portada gótica (probablemnte de Gil de Ontañon), al lateral derecho donde se encuentra actualmente.

La iglesia de San Pedro comenzó a construirse a principios del siglo XVI, aunque la mayor parte de lo que se conserva en la actualidad pertenece al segundo tercio de ese siglo, siendo su arquitecto el maestro burgalés Juan de Vallejo. Su fábrica, de caracteres tardogóticos y renacentistas, consta de una sola nave y marcado crucero. A los pies tiene una torre con pórtico realizada en el siglo XVII.La portada principal, fechable hacia 1500, se localiza en el costado de la epístola. Consiste en una serie de arquivoltas trasdosadas por un arco conopial y sendos pináculos flanqueando el conjunto.El retablo mayor fue ejecutado entre los años 1552 y 1558 por el prestigioso escultor Domingo de Amberes. Es un bello conjunto clasicista en el que destaca la calle central con el sagrario, la imagen de San Pedro ex cátedra, la Asunción y, finalmente, el Calvario. Otra obra suya es el altar de San Roque. Destaca también el retablo lateral de Nuestra Señora del Rosario, obra plenamente rococó realizada por Fernando González de Lara.Asimismo, se puede contemplar dentro de la iglesia un púlpito de piedra con el ambón decorado con medallones de San Pedro, San Pablo y San Andrés y cuyo pie lo constituye un atlante. Fue realizado por Martín de Ochoa, de quien es obra el coro, con una bella bóveda decorada y dos tribunas laterales salientes.

En relación al retablo mayor, destacar que consta de cuatro cuerpos:

En los extremos de los cuerpos anteriores se encuentras las estatuas de los cuatro evangelistas en bellas ornacinas.

Este bello retablo es coronado con la imagen de Cristo crucificado entre dos ladrones y las estatuas de San Juan y la Virgen a ambos lados de la cruz.

Otros Lugares de Interés

Historia

El origen de la población ha suscitado diversas interpretaciones según los autores. Hay investigadores que derivan su nombre de Pompeiica y sería una fundación de Pompeyo. Según otros expertos en el siglo II a. de C. es nombrada en las tablas de Tolomeo como Ambisna. Lo que sí es seguro es que conservó el nombre de Pamplica y que era lugar de cruce de dos vías romanas. Por un lado estaba la que cruzaba el valle del Arlanzón y por otro la que desde Clunia se dirigía a Cantabria, atravesando un hoy en día desaparecido puente romano. Posteriormente, durante el período visigodo Chindasvinto se autoproclamó rey en la localidad en el año 642. También tuvo relación con la población Ervigio, y el rey Wamba se retiró al monasterio de San Vicente, hoy en día desaparecido, en las afueras del pueblo. En 1274 Alfonso X ordenó llevar su cuerpo a Toledo. Tras el paréntesis de la invasión islámica, la localidad se repuebla en el siglo IX y aparece en el año 933 en un escrito perteneciente al cenobio de Cardeña. En el siglo XI tuvo una judería y el año 1209 adquirió el fuero de manos de Alfonso VIII. En 1333 se incorpora al señorío de la ciudad de Burgos.

Historia del Rey Visigodo Wamba

Aconteció á la muerte de Recesvinto uno de aquellos sucesos extra­ordinarios y singulares, que no sólo no habían tenido ejemplo en la historia del pueblo godo, sino que tal vez no le ha tenido en los anales del mundo. En una pequeña aldea de España se realizó un hecho notable, grandioso, sublime, que enseña á la humanidad á no desconfiar nunca de encontrar virtudes en los hombres.

Con arreglo al decreto del concilio octavo de Toledo, había que proce­der á la elección de rey en el pequeño pueblo de Gérticos, por haber muerto allí el último monarca. De improviso y como por milagro cesan ó enmudecen las ambiciones de aquellos turbulentos grandes que se desper­taban ó estallaban á cada elección: y todos los principales próceres, civi­les, eclesiásticos y militares, fijan unánimemente sus miradas y dan como por inspiración su voto á un noble anciano godo llamado Wamba, por sus virtudes señalado y conocido. Si justos y desnudos de ambición se mos­traron en esta ocasión los electores, excedió á todos en abnegación y des­interés el electo. Rehusó Wamba el cetro que el voto unánime y general ponía en sus manos, exponiendo la debilidad de sus fuerzas para sobrelle­var tan grave peso como el del vasto imperio godo. Ni las instancias y sú­plicas de los oficiales de la corte, ni la consideración del bien y la felicidad del Estado que delante le ponían, y que decían reclamar aquel sacrificio de su parte, nada bastaba á vencer su repugnancia, alegando siempre que no se creía capaz de remediar los males que la nación padecía: ruegos, reflexiones, razonamientos, todo era inútil : hasta que al ver tan obstinada resistencia, uno de los jefes militares de palacio se lanzó con la espada desnuda en medio de la reunión, y dirigiéndose con torvo ceño y amena­zador continente á Wamba :

Si te obstinas, le dijo, en rehusar la corona que te ofrecemos, ten entendido que ahora mismo y con este mismo acero haré rodar tu cabeza.

A tan enérgica insinuación cedió Wamba, no sin manifestar de nuevo el sacrificio que hacía en aceptar un puesto á que no le llamaba su inclinación. Una vez obtenido su consentimiento, púsose la corte en camino para Toledo, pues sólo allí y en la iglesia quiso ser consagrado.

A los diez y nueve días de la muerte de Recesvinto recibía Wamba el óleo santo de mano del metropolitano Quírico, en medio de las aclamacio­nes del pueblo.

Desde su elección hasta su muerte, todo es dramático en la vida de Wamba. En el acto de la consagración, dicen las crónicas, vieron todos salir de la cabeza del ungido una abeja que voló hacia el cielo, lo cual se interpretó por signo y anuncio de la dicha que esperaba á la nación bajo el nuevo monarca (2). La piadosa traducción de este suceso se acomodaba bien á las esperanzas que con justicia se fundaban en el desinterés, en la prudencia, en el valor, en la religiosidad y la dulzura del sujeto en quien recaía.

Tuvo no obstante Wamba que comenzar por donde muchos de sus an­tecesores, á saber, por una expedición contra los vascones, que parecía haberse propuesto levantarse periódicamente al advenimiento de cada nuevo monarca. Llegaba ya Wamba con buen golpe de gente cerca del país sublevado, cuando recibió aviso de haberse alzado también en la Galia Hilderico, conde de Nimes, en cuya ciudad había lanzado al obispo de su silla para poner otro de su parcialidad. Urgía no dejar que cundiera por toda la Septimania una insurrección que presentaba ya un carácter harto grave. Por lo tanto envió Wamba para reprimirla con un cuerpo de tropas escogidas á uno de sus jefes más experimentados y de más reputación, Paulo, griego de origen, según tiene buen cuidado de. advertir el cronista de Toledo. Tan luego como Paulo se vió lejos del rey, mandando una fuerza respetable, tentóle la ambición ó despertósele la que ya antes tu

Imágenes

Enlaces externos

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Pampliega en Diputación

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